Desde
que llegue a vivir a Estados Unidos hace ya seis meses, reconfirmé
lo que ya había señalado aquí hace tres años: el carro y por ende la gasolina, son el motor de este país, si no tienes carro no tienes autonomía, no puedes conseguir un empleo lejos de tu lugar de residencia, es casi imposible que tengas vida nocturna y aun más relaciones de pareja y lo peor, te conviertes en una carga para tus familiares y amigos. Esto es así porque la cultura norteamericana
así lo ha impuesto, desde la invención de la cadena de montaje por
Ford hasta la planeación de las ciudades, que a excepción de unas
pocas -como New York y San francisco- todas son extensas, repletas de
County's, suburbios y pequeños centros comerciales.
Y
¿qué
se tiene que hacer cuando no se tiene carro y se vive en un típico
suburbio alejado de todo? Pues se tiene que recurrir al medio de
transporte público, que por defecto en estas zonas es el bus. Desde
que llegue he utilizado el bus todos los días para ir a la escuela,
a veces a NYC y otras veces a Paterson, el pueblo más cercano con un
centro en todo el sentido urbano de la palabra. El bus aquí es caro,
lento y además es el espacio donde uno se encuentra a los pobres,
los excluidos y los marginados, que por lo general no tienen o no
pueden conducir un carro, por motivos económicos o legales.
En
mi caso y como ejemplo de la lentitud del bus frente al carro y de
cómo funciona un transporte que parece haber sido diseñado para
matarte del tedio, les contaré como era mi periplo diario; de lunes
a jueves iba a estudiar a la escuela en un pueblo cercano
llamado Hackensack, este pueblo carece de un centro y la escuela esta
ubicada en la calle comercial, que tiene alrededor de un kilometro de
extensión. Como no tenia carro y nadie que me diera “ride” me
tocaba ir en bus, esto quiere decir que por lo general la ultima
opción siempre es tomar el bus. Del paradero que esta a cien metros
de mi casa hasta la escuela hay ocho kilómetros, en un día de poco
trafico el bus se demora entre 20 y 30 minutos en llegar del paradero
hasta la terminal de Hackensack donde salen gran cantidad de rutas.
Entre estos dos puntos hay dieciocho semáforos y la carretera
interna pasa por dos rutas, la 80 y la 17, que si las tomara
acortaría el viaje a la mitad; los paraderos están ubicados más o
menos uno cada 200 o 400 metros y el chofer esta obligado a parar y
abrir la puerta delantera del bus cada vez que llega a un paso nivel;
esto, como es obvio, hace mucho más lento el viaje y si a eso le
sumamos el individualismo norteamericano y las costumbres que rigen
el comportamiento en el interior del bus, el viaje se convierte en
todo un reto para la paciencia y la tolerancia. Por supuesto, los
pasajeros habituales del bus son latinos y negros en su mayoría,
algún norteamericano blanco que vive cerca de su trabajo o que cree
en la ecología y demás personajes con problemas que no podría
definir aquí, incluyendo gente que por su obesidad mórbida no puede
o no debe conducir automóviles.
Es
tan particular, por decir lo menos, el transporte en bus en esta
parte de los Estados Unidos, que debido a esto le surgió
competencia. Alrededor de New York y para el lado de New Jersey se
encuentran una multitud de pequeños pueblos “dormitorio” llenos
de personas que van a trabajar a NYC, debido a esta demanda y los
problemas que aquí expongo surgió una empresa de transporte privada
que le hace competencia a la NJ Transit, de forma algo “ilegal”,
comúnmente la llaman Guagua; estos vehículos, más pequeños que
los buses, hacen su recorrido desde Paterson hasta NYC pasando por
otros pueblos, de forma más rápida, más barata (un dólar menos),
más cómoda -paran donde el pasajero indique-, 24 horas al día
siete días a la semana con una regularidad pasmosa y además, en su
interior, el chofer no representa la función de policía de las
buenas costumbres que si efectúa un conductor del NJ Transit, esto
quiere decir que la gente habla normalmente, escucha música, se
miran los unos a los otros y hasta se puede llegar a tener una
conversación con alguien que jamas en tu vida has visto. De hecho,
lo único que tienen en común estos dos transportes son sus
pasajeros: latinos, negros, algún norteamericano blanco amante del
medio ambiente y personas con problemas para tener su propio carro.
En si, la única desventaja -grande- de la Guagua frente al sistema
de bus de la NJ Transit, son la rutas, ya que esta última cubre todo
el estado hasta la ciudad de New York.
Mientras
en las principales capitales del mundo se esta replanteando el modelo
de transporte y de convivencia, cerrandole el espacio al carro
particular en la ciudad y abriendoselo a otro tipo de vehículos como
el bus, el tren ligero, el metro y las bicicletas, en Estados Unidos
aun sigue existiendo la relación de un carro por cada persona y las
vías siguen dominadas por estos, a pesar de los atascos y de la
contaminación. Tengo que decir que las distancias en este país son
muy grandes y las ciudades han sido diseñadas pensando sólo en los
carros. Siendo la economía más grande del mundo deberían empezar a
cambiar su forma de transportarse, así ahorrarían mucha gasolina,
tiempo, dinero, disminuiría la contaminación y lo más importante,
se fomentaría la integración de clases y de etnias -es decir de
migrantes con nativos (que por lo general son hijos o nietos de
migrantes)- eliminando la idea de que el bus es el transporte que
sólo utilizan los pobres, los excluidos y los marginados.
Marcelo
Arroyave
Miembro
eterno del colectivo mutante Sursystem
Transmitiendo
desde un bus en algún punto entre NYC y Washington DC para toda la
galaxia.
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