Recupero este texto para el blog del Sursystem debido al gran debate
que se ha generado alrededor de la discusión de los gobiernos de América
en torno a la legalización de la “droga”; personalmente creo que esto nunca va
a suceder, el negocio es demasiado rentable y lo que menos le importa a estos
gobiernos –especialmente al de Estados Unidos y Colombia- son los efectos colaterales,
como muertos, desplazados, adictos y demás, para ellos el narcotráfico es una
forma de control y a la vez de enriquecimiento. No creo en la legalización,
quitarle de las manos el negocio a un monopolio para pasárselo a otro no genera
ningún cambio, bueno, solo uno, el dinero cambia de manos. Para mí la verdadera
solución es la despenalización, tanto del consumo como de la producción, seria buenísimo
para todxs tener la oportunidad de producir tu propia “droga” y así deshacerse
de los intermediarios, incluidos los
gobiernos, la policía y los bancos.
Debo decir que los fundamentalistas
no son solo los neoconservadores que nos gobiernan, aunque éstos son muy
peligrosos; también los hay en las filas de los consumidores de cannabis. Originalmente
escribí este articulo para que apareciera en el ya desaparecido fanzine Trinchera Ganja, pero mis compañeros no lo publicaron porque en ese
momento eran unos fundamentalistas de la marihuana y como podrán ver, yo no,
para mí, la marihuana o cualquier otra sustancia natural o química puede ser
utilizada con fines recreativos, como se ha hecho desde el inicio de los
tiempos, cuando esto cambia y se le da atribuciones mágicas, místicas,
religiosas o hasta políticas, se crean barreras morales que llevan al rechazo y
a la exclusión de quienes no las utilizan y de quienes las utilizan, según como
se mire el asunto. Creo que en este momento de la historia no deberíamos
consumir ninguna sustancia, sobre todo en Colombia, porque haciendolo no solo estamos
legitimando el baño de sangre que produce, sino porque estamos enriqueciendo a
los que generan ese baño de sangre y eso no es nada ético, y la ética debería
pesar a la hora de comprar un bareto
o un gramo de coca.
Bueno, no es más por ahora, pasen y
disfruten.
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Enumero aquí varias diferencias entre las personas que
consumen Cannabis pero no se consideran “marihuaneros/as” y lxs “marihuaneros/as”:
personas que fuman e idolatran la marihuana; por supuesto no son todas las que
son, pero esto solo es un comienzo. Si aún no sabes en qué tipo de individuo
consumidor de Cannabis te encuentras, este catalogo de diferencias tal vez
pueda ayudar a que dejes de ser un eterno indeciso.
1. El Consumidor Esporádico de Cannabis (CEC), por lo
general y siendo optimista, se quema uno o dos baretos a la semana, el “Marihuanero” se levanta por la mañana y lo
primero que hace, antes de o con el café, es prenderse un bareto, personalmente conozco “marihuaneros” que se fuman 7 porros diarios.
2. El CEC es un “farmacodependiente”: ¡no sabe armar baretos!; depende de sus amigos
“marihuaneros” para poder fumar, ya que estos son expertos en la arquitectura
que se requiere para esto. Fui testigo de “marihuaneros” que han armado baretos a 4.200 metros de altura con una
sola mano.
2.1. En mi experiencia como CEC, que permanentemente ha estado
rodeado de marihuaneros en diferentes ciudades del mundo, he descubierto una
diferencia que hace particular al Marihuanero/a colombiano, éste es experto en
armar baretos o porros en el papel de un cigarrillo que sólo se vende en
Colombia: el Pielroja. Cuando el CEC es capaz de dominar la arquitectura de
esta complicada operación, se puede decir que ha superado un rito de paso que
lo convierte en un Marihuanero/a.
3. Por lo general, el “marihuanero/a” es ortodoxo, es
decir, no consume ninguna otra “droga”, es fiel al Cannabis y esto lo lleva a
transitar el camino de la Religión Rastafari, aunque no es una regla. El CEC es
abierto a cualquier tipo de “droga”, aunque por lo general cree en los
atributos que posee el Cannabis.
4. El CEC está en transe de ser un “Marihuanero/a” pero
como aún no lo es, es visto como un “marihuanero de closet”; por ejemplo, su mamá
no sabe que el fuma marihuana, ella cree que su hijo o hija es incapaz de hacer
tal cosa. El “marihuanero/a” declarado
le importa un pepino si su mamá sabe
o se hace la que no sabe, no le interesa que sus vecinos hablen de él cuando
pasa al lado con los ojos rojos, en definitiva, asume su condición sin penas.
5. El CEC por lo general es un canalero/a de marihuana, nunca compra, solo en casos excepcionales
donde no le queda más remedio, para evitar esto siempre anda con amigos que son
“marihuaneros”, que cargan su dosis en cualquier parte del cuerpo. El CEC
aunque no es un Rastafari sabe muy bien que es un jamming.
6. El “marihuanero(a)” considera a Bob Marley como la
punta de lanza de la revolución Cannabica y sueña con levantamientos masivos
donde los cerdos son atacados por
hordas de “Marihuaneros” y defensores de la libre formación de la personalidad.
El CEC sueña con lo mismo pero no hace nada para llevar a cabo tal sueño, por
lo general es un conformista; esto, por supuesto, no es aplicable a todxs.
7. Aunque no es una ley, el CEC nunca fuma Marihuana solx, es
un fumador social, en contraposición el Marihuanero/a consumado fuma tanto en
grupo como solo, para estos, fumar en solitario es una experiencia de viaje
interior.
Hasta aquí una pequeña semblanza de la sociedad
consumidora de Cannabis contemporánea, espero que cualquiera de los dos tipos
de individuos que se plasman se anime a seguir contribuyendo a estas
diferencias.
Escribe tus diferencias entre el CEC y el Marihuanero ha este email:
sursystem@gmail.com
Por Marcelo Arroyave
sursystem@gmail.com
Por Marcelo Arroyave
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