martes, diciembre 29, 2015

LA COFRADÍA MARLEY



Desde hace muchos años soy amante de la música de Bob Marley, me gusta su mensaje y a través de ella descubrí el vasto universo del reggae. Desde mi época universitaria intenté estar en contacto con todo lo que este gran interprete hizo desde su juventud, pasando por de Wailers hasta que se convirtió en un icono de la rebeldía y la resistencia de los pueblos sometidos. También caí fascinado por la historia de su vida y por la historia de su muerte; en vida este hombre era un líder con miles de seguidores, ya muerto, muto en un mártir con millones de fanáticos adoradores. Nunca me he interesado por la vida privada de los cantantes, famosos o no, pero el único reproche que he tenido contra Marley es que dejo en el mundo más de una docena de hijos y, aunque su fortuna se lo permitió, desde mi punto de vista, su legado de macho opaca su legado ético y político.

Mi reproche sobre el reguero de hijos que dejo Bob nunca fue más fuerte que mi gusto por el reggae y pasado el tiempo me di cuenta que varios de sus retoños habían seguido sus pasos como cantantes y músicos. Algunos tuvieron momentos de fama y otros arrancaron desde abajo pese a sus contactos y su abolengo musical. Este es el caso de Damian Marley quien se abrió un espacio propio en la escena reggae por cuenta de su talento y originalidad y aunque su voz es muy parecida a la de su padre, su estilo, tanto musical como de vida, es muy diferente al de su progenitor.

Desde el primer momento que escuché las canciones de Damian me gusto y seguí su carrera a pesar de los rumores y escándalos que lo rodeaban, quería verlo en concierto y no veía la hora de que fuera a Colombia -cuando vivía allá- o a Barcelona -cuando estaba allá- pero nunca sucedió; pero el verano pasado por fin mi deseo se hizo realidad. Buscando cosas que hacer en el caluroso verano newyorkino me enteré de la presentación de Damian “Jr Gong” Marley en el SummerStage con su gira CATCH A FIRE TOUR, y claro, en un concierto de 4 horas seguro que se iban a presentar más artistas, entre ellos Stephen “Ragga” Marley, el hermano de Jr. Gong y también Morgan Heritage & Tarrus Riley. No estaba mal, pensé, llevaba años esperando ver a este artista en concierto y aunque no era sólo su recital valía la pena tragarse los otros artistas, aunque no los conocía y no me interesaban.

Por fin llegó el día esperado. Intenté llegar al lugar minutos antes de que empezara el concierto para no tener que esperar mucho y gozarme la música. Por supuesto ya sabia que Damian seria el último en presentarse, así que me relajé e intenté aspirar profundamente todo el humo de marihuana que me rodeaba (nadie compartía Ganja, nada más contradictorio en un concierto de reggae), salvo por un conato de pelea, el preámbulo del concierto de Jr. Gong estuvo tranquilo y divertido... hasta que apareció Stephen Marley. Habían transcurrido dos horas de concierto y al ver que Damian no era quien aparecía en escena, imaginé que su hermano solo haría una breve introducción, cantaría alguna canción de su padre y otra a duo con su hermano, pero no, estaba totalmente equivocado, Stephen “Ragga” Marley cantó una hora seguida, sin su hermano, pero lo peor fue que hizo salir al escenario a su nieto y su hijo menor, que también quieren seguir los pasos de su abuelo, de su padre y de los hermanos de su padre, así que, aparte de tener que escuchar las canciones más conocidas de Bob Marley interpretadas por su hijo, el cual intentaba tocarlas lo más idénticamente posible a la versión original, también nos “gozamos” el Hip hop de su hijo menor y el balbuceo de su nieto de 6 años de edad, muy cute! 

 

Cuando por fin salió Damian me acordé de una frase que me decía un amigo punketo cuando en Bogotá la fiebre del reggae hizo aparecer Drad Loks y chaquetas de Adidas con la bandera de Jamaica por todas partes: Jah Te-estafará! La hora que duró la parte de Damian fue increíble, interpretó sus canciones más conocidas y agradeció al publico por esperar, cuando pensé que se extendería en su repertorio por la alegría y el entusiasmo de los asistentes, un aguacero repentino hizo desaparecer a la mitad, hecho que motivo -creo yo- a Damian a terminar el concierto de forma anticipada. En fin, cumplí mi deseo de ver a este poderoso del reggae, pero me quedó claro que la gran familia Marley aprovecha su herencia para sostener una cofradía que piensa exprimir el legado de su padre, quizás, hasta el fin de los días o hasta que aparezca el Mesías. Espero que Jah no lo permita, si es que existe.


Marcelo Arroyave
Miembro eterno del colectivo unipersonal Sursystem
Transmitiendo desde el Bronx para toda la galaxia

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