lunes, enero 30, 2012

MONTREAL, DE CIUDAD LOCAL A METROPOLI GLOBAL


Este texto esta inspirado/dedicado con todo mi amor a mis anfitriones en Montreal: Mi gran amiga Carmen, a su compañero Sebastian y al ser que están esperando. Mucha felicidad para los tres y gracias por estar en mi camino.


Montreal esta ubicada en el noreste de América, muy cerca a la frontera entre Canadá y Estados Unidos. Esta ciudad se asienta sobre dos islas surcadas por el río Sant Laurent; la lengua oficial es el francés, pero las y los Quebecquad son bilingües y actualmente se interesan por el español, por lo que muchxs lo hablan. En otoño los días son iluminados por el sol pero fríos si uno se detiene mucho tiempo en la calle. En esta época la ciudad se encuentra sumida en una calma solo perturbada por el ruido de los autos y el soplar del viento, que es constante y aumenta al acercase al río.


Un sistema económico y seguro para conocer esta urbe además de un antídoto contra el frío es la bicicleta, mucha gente la utiliza, hay ciclorutas muy bien definidas, los conductores son respetuosos y sino tienes la ciudad ofrece un servicio de bicis públicas muy eficiente y moderno. Tengo que decir antes de continuar con la crónica, que Montreal, así como todas las grandes urbes de Norteamérica es costosa, desde el alquiler de apartamentos hasta una cerveza en el bar más cutre de la Rue Saint-Denis.

Quebec y Montreal en especial, fue azotada por una crisis que obligó a muchos de sus habitantes, obreros en su mayoría, a migrar hacia Toronto y otras ciudades de Estados Unidos, por lo que en la primera mitad del siglo XX quedo medio desierta; en 1968 cuando se celebró la exposición universal la ciudad se empezó a recuperar y muchos de sus antiguos habitantes retornaron. En 1976 adquiere renombre internacional al acoger los juegos olímpicos de ese año, desde ese momento pasa de ser una ciudad mediana local en un país casi que desconocido, a una cosmopolita en un país cada vez más relevante a nivel mundial, sobre todo por sus posiciones neutrales en algunos temas espinosos a nivel político. De esta manera obtiene un perfil multicultural, algo que se aprecia en las tiendas de comida, los restaurantes y las personas que diariamente la transitan.

La influencia cultural de su vecino es preponderante, sobre todo a nivel artístico, por ello en sus calles se pueden observar desde graffitis Hip-Hop hasta murales muy bien elaborados y con una alta inclinación artística que le dan un toque muy especial a sus calles y en particular, a sus típicos callejones. Como toda ciudad que desea entrar al circuito turístico global, Montreal alberga en sus entrañas un barrio chino, ésta migración llego a mediados del siglo XIX y contribuyó con su fuerza a construir las vías del tren y de paso aportaron los ingredientes para lo que más tarde se convertiría en uno de los platos típicos del lugar: el Poutine (Putin). También cuenta con un barrio judío, una Little Italy, un Gay Village, un gran centro financiero y todo un frente marítimo, en el puerto viejo, que cuenta con centros comerciales, paseos, jardines y zonas de ejercicio.


Para ver las otras tres series de fotos sobre graffiti y mural en Montreal ingrese al Flickr del SSyS

Aunque esta ciudad tiene todo lo que una gran urbe globalizada debe tener, lo más atractivo y encantador se halla en lo pequeño, en los detalles, como por ejemplo: la ciudad se puede recorrer a pie y no esta infestada de turistas ansiosos por comprar o por tomarse fotos en los sitios más emblemáticos. No hay que preocuparse por tener pinta de latino, las y los Quebecquad son personas sumamente abiertas y amables que te miran a los ojos y siempre están dispuestos a ayudarte, a regalarte una sonrisa, así no sepas nada de ellxs y ellxs no sepan nada de ti. De las mujeres ni hablar, si viviera en Montreal y tuviera pareja estoy seguro que mi relación estaría destinada o al fracaso o al amor libre. Pero lo que más me encantó de esta ciudad, que esta llena de pequeños bares donde siempre hay una banda en vivo, y que no he visto en ninguna otra, fue la cultura de las Micro Brasserie. Mientras en Toronto -que es una ciudad anglofona, culturalmente muy gringa- la cerveza se vende solo en lugares destinados a ello y hasta las 11 de la noche, en Montreal puedes encontrar tiendas, bares, restaurantes, que no solo fabrican y comercializan su propio tipo de cerveza, sino que ofrecen otras cien, todas elaboradas artesanalmente.


El pasado de Montreal es obrero y esto se refleja mucho en la arquitectura de sus barrios, pero las políticas aplicadas por los diferentes gobiernos desde 1968 y hasta el presente han hecho que la ciudad pase de ser productora a prestadora de servicios, por lo que actualmente sus nuevos habitantes pertenecen a una clase media y media-alta que esta transformando con su presencia y con su poder adquisitivo zonas emblemáticas de esta ciudad -a parte de elevar los precios de casi todo- por medio de los Condos, que es la forma como se realiza la gentrificación en esta parte de Canadá. De esta manera uno se encuentra zonas donde viven muchos migrantes o lugares donde hay prostitución y drogadicción pero a la vez hay edificios restaurados acondicionados para parejas jóvenes o exitosos ejecutivos que causan un gran contraste. Con los Condos y sus ocupantes llegan las tiendas especializadas en quesos, vinos y todo lo demás que se pueda vender como exclusivo, los Spa, los bares con el típico Mike Tyson en la puerta y por supuesto la policía “limpiando” el lugar de elementos indeseables, que paradójicamente estaban allí desde antes.

Hay muchas formas de hacer turismo, una de ellas es tratar de conocer la historia reciente del lugar que se visita y cómo se ha transformado en el tiempo, ese fue mi ejercicio cuando estuve en Montreal y aunque mi estadía se produjo en una época donde la energía tanto de la gente como de la ciudad ya se estaba retrayendo para enfrentar los rigores del invierno, puedo decir que la vida de esta urbe se concentra –a pesar del frío- en la calle y en las relaciones que se tejen entre sus habitantes, así lo vi y así lo viví gracias a mis anfitriones y sus amigos. Pero el éxito de insertar a Montreal en la lista de las metrópolis globales generará un nuevo éxodo que la puede despojar de la esencia y el espíritu que tanto atrae a lxs que ahora la quieren habitar.

Por ultimo, la voz unánime dice que la mejor época para estar allí es el verano, especialmente julio. Que disfruten! 

Por Marcelo Arroyave
Colectivo SSyS
Transmitiendo desde Palmira veeeeee...!

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